Reseña de Libro
Murriello, S. y Bengtsson, A. (2018).Museos ¿Para qué?
La Plata, Buenos Aires, Argentina: Editorial EDULP
El título de esta reseña es una de las estimulantes frases que se encuentran en el libro: “ Museos ¿Para qué? ”, un texto oportuno y provocador de Sandra Murriello (doctora en Ciencias) y Astrid Bengtsson (doctora en Psicología). Las dos con una amplia experiencia en el área de la divulgación científica y los museos. El libro es una invitación para los jóvenes, y no tan jóvenes, a pensar sobre el origen y necesidad de tener una institución que sigue siendo considerada de alta cultura, a pesar de los esfuerzos por democratizarla y abrirla al público.
Acercar los museos a los jóvenes es uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los profesionales de estas instituciones culturales. En cualquiera de sus versiones: arte o ciencias, los museos hoy día deben competir con muchas instituciones y estímulos audiovisuales (la mayoría de ellos en la red), y por ello deben intentar reinventarse constantemente.
El público infantil y adolescente es el que los museos de todo tipo han logrado fidelizar, por ser una manera de reforzar la educación reglada. Los museos de ciencias y en segundo lugar los de ciencias naturales, de acuerdo con un estudio realizado en ocho centros de educación secundaria obligatoria de España [Santacana y col., 2016 ], son los preferidos por los chicos. Sin embargo, otro tipo de museos, como los de arte, no tienen tanta popularidad entre las nuevas generaciones, y Santacana y col. [ 2016 ], discuten en su investigación que puede deberse al aumento en la autoexclusión cultural y educativa.
Por ello, es fundamental que los niños desde pequeños no sólo se acerquen al museo, sino que también piensen en la institución, reflexionen y conozcan su razón de existir. Y esta es la intención principal del libro publicado por Murriello y Bengtsson dentro de la colección “Abrepreguntas” de la Editorial EDULP, editorial de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). La edición, en blanco y negro, es muy atractiva y bien ilustrada y complementa la lucidez de los textos.
A través de sencillas, pero claras y muy bien definidas preguntas, las autoras invitan al joven lector a cuestionarse el origen, uso y contenido de los museos. Por ejemplo, la sección introductoria sigue el título del libro y cuestiona: ¿por qué se crearon los museos? ¿qué hay en los museos? Este hilo lo siguen a través de todo el texto.
El libro está dividido en cuatro secciones motivadas por una pregunta inicial y seguidas de otras que complementan la reflexión.
La primera, ¿Alguien podría pasar su vida entera recorriendo museos?, habla de la tipología de los museos, de su titularidad, e incluso, de la cantidad de museos que hay en América Latina y el mundo entero. De manera breve, pero, como todo el libro, muy concreta y comprensible, en esta primera sección se explica cómo y cuál fue el primer museo de ciencias, como tal, el Ashmolean Museum. Pero además habla de sus antecesores: los gabinetes de curiosidades que ejemplifican a través del museo Rocsen, en Nono (provincia de Córdoba) en Argentina.
Para atraer al público diana, las autoras utilizan recursos cercanos a los adolescentes como, por ejemplo, preguntarles por Pocahontas, para hablar de su existencia real más allá de Disney y así contar la historia verdadera de su padre, el jefe de la Confederación Powhatan, un grupo de 32 comunidades indígenas de los Estados Unidos. El manto de este jefe se encuentra en manos de los coleccionistas Tradescant.
Además de todo el recorrido histórico, de motivar a los estudiantes a reflexionar sobre el uso y existencia de los museos, es muy valioso el aporte de las autoras respecto a la sinceridad y honestidad con la que tratan temas sensibles en el patrimonio como es el expolio de las antiguas potencias sobre el patrimonio de los territorios invadidos y colonizados, la mayoría de los cuales, reclaman que sus tesoros vuelvan a manos originales, como es el caso de los egipcios frente a los ingleses. Entre los temas que tampoco evitan las autoras, también está la controversia generada por la exhibición de restos humanos y que, por ejemplo, en el caso argentino, han reclamado algunos grupos originarios.
El nacimiento de las colecciones nacionales, en este caso, las argentinas, relacionadas con los procesos históricos, se narran de manera amena y más que comprensible no sólo para los jóvenes sino para todo tipo de públicos, así como la importancia de preservar la memoria.
En una manera de que su público vea cómo los museos están presentes en su cotidianidad, las autoras se refieren a la aparición de estos equipamientos en series, películas y libros tanto extranjeros como argentinos. Así mismo, resaltan los museos virtuales, una gran atracción para una generación que vive conectada. Además de explicar que muchos de ellos no tienen sede presencial, se mencionan ejemplos curiosos como el Museo del Espionaje, que pueden causar curiosidad al público joven. No podía faltar un capítulo especial para los centros interactivos, a los que llaman museos en tus manos. Se explica la historia y evolución de estos museos, que va ligada al desarrollo tecnológico de los últimos años.
El hecho de que se trate de un libro asequible para los jóvenes no evita la rigurosidad en los contenidos ni tampoco la exhaustividad. Por ello, encontramos que incluso se habla de procesos internos de los museos como son los estudios de público y ligan la actividad del usuario y su actitud en el museo a la investigación. También se refieren a los procesos de museología y museografía y las dificultades para decidir qué exponer y qué no.
Pero el museo también nos hace pensar, conocer y reflexionar sobre todo aquello que descubrimos visitándolos y qué nos ayuda a generar nuevas ideas. Es decir, su contribución al avance del conocimiento.
Durante toda la publicación, las autoras guían al lector a la reflexión, al cuestionamiento sutil de los procesos de preservación del patrimonio y la memoria histórica, a la necesidad de la participación de la comunidad en los procesos de construcción de instituciones patrimoniales porque, al final de cuentas, en los museos estamos todos representados.
Referencias
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Santacana, J., Martínez, T., Llonch, N. y López, V. (2016). ‘¿Qué opinan los adolescentes sobre los museos y la didáctica?’ Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales 31 (2), págs. 23-38. URL: https://zaguan.unizar.es/record/70625/files/texto_completo.pdf .
Autor
Patricia Castellanos. Doctora en Comunicación por la Universitat Autònoma de Barcelona (2007). Investigadora en la relación entre los museos de ciencias, el patrimonio cultural y la inclusión social. Experta en evaluación de museos y exposiciones y en metodologías cualitativas. Consultora en comunicación científica y museología científica en España y Latinoamérica. Profesora colaboradora en los estudios de Arte y Humanidades y de los Estudios de Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y del Máster Universitario en Comunicación Social de la Investigación Científica de la Universidad Internacional de Valencia (VIU). E-mail: pcaste@gmail.com .