¿Por qué comunicar y apropiarse de las ciencias? En la actual sociedad del conocimiento, la ciencia y la tecnología son cimientos fundamentales de todos los aspectos de la vida. En este contexto, la Universidad Pública cumple un rol clave en las relaciones políticas, sociales y económicas de las comunidades regionales como productoras de conocimientos expertos. Como parte de sus misiones de docencia, investigación y extensión, se erige la responsabilidad de promover la Comunicación Pública de las Ciencias (CPC). Y es esa comunicación la que permite el acceso y participación ciudadana en la ciencia. Todo ello contribuye al desarrollo social y posibilita la apropiación social de los saberes, un ejercicio de una ciudadanía activa y el intercambio entre la comunidad experta y no experta.

Como resultado de un análisis exhaustivo y profundo del rol de la función de extensión universitaria en la democratización de los conocimientos expertos, Andrés Wursten induce a pensar el lugar de la CPC y la ASC en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. Nos introduce en un recorrido por los diferentes devenires históricos de las distintas concepciones de la extensión universitaria en América Latina para entender las problemáticas teóricas y prácticas que hacen a la comunicación y apropiación de los conocimientos en la extensión universitaria, específicamente en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER, ubicada en la región centro-litoral de la República Argentina).

El primer capítulo, “Acceso, comunicación y apropiación”, nos adentra en el mundo de la Comunicación Pública de las Ciencias. La hipótesis fundacional, la brecha entre ciencia y sociedad, funciona como noción eje para entender los distintos desarrollos conceptuales que fueron construyéndose. Describe cómo intentaron solventar la distancia entre la comunidad experta con aquellas que no eran consideradas tal. No obstante, más allá de discutir los modelos paradigmáticos del campo CPC, trabaja diversas contribuciones a la problemática, de las cuales sobresale la Apropiación Social de las Ciencias como objeto de estudio. Este panorama general nos interioriza para entender el capítulo 2 “Universidades, ciencia y comunicación”: las transformaciones de las instituciones y formas de hacer ciencias llevaron a cambios en la producción y circulación de los conocimientos. Las universidades fueron centro de estos cambios, tuvieron un rol preponderante en la formación de recursos humanos y producción científica.

Estas mutaciones tuvieron su tinte particular en la región latinoamericana. La globalización mercantilista tuvo su hegemonía en muchos aspectos, pero se construyeron modelos alternativos para disputársela. Estos últimos tuvieron (y tienen) por objetivo propiciar una visión crítica sobre el propio funcionamiento de las universidades. El horizonte es un sistema educativo de acceso igualitario y comprometido con las realidades de las comunidades de la que son parte.

En el capítulo 3 “Comunicación o extensión”, se profundiza sobre la capacidad de las acciones de extensión de potenciar la democratización de los conocimientos. No obstante, la relación entre comunicación de las ciencias y extensión universitaria es una cuestión poco trabajada en los respectivos campos de estudios sobre esas prácticas. Pero sí lo hace este libro.

Desarrollando las convergencias teóricas, pasando por las reconfiguraciones históricas de la globalización y las limitaciones creadas por los procesos neoliberales en la región, Wursten describe porqué la comunicación de las ciencias debe ser uno de los objetivos primordiales de la extensión. Aunque, en el capítulo 4 “La política institucional como marco de referencia”, vemos las razones de por qué este deber ser de la extensión puede ser difícil de concretarse.

Con una descripción esquemática y clara del sistema de extensión de la institución analizada, conocemos las normativas, los procesos de cambio político-institucional, la distribución de los recursos y cómo la estructura graficada en estas páginas posibilita y, a su vez, es un limitante de las acciones de CPC y ASC. Sin embargo, mientras que en el capítulo 5 “La construcción de las propuestas de extensión” se abre una ventana, el 6 “La perspectiva de los agentes” no nos deja caer en escepticismos o abatimientos.

Una vasta recolección de antecedentes e iniciativas pasadas y presentes es acompañada por los orígenes y la conformación de las propuestas de extensión, los equipos de trabajos, los destinatarios, las etapas de las acciones y cómo la ciencia puede ser respuesta a muchísimas de las problemáticas que atiende la extensión como misión universitaria de la UNER. Ese marco permite al autor exponer a la extensión como “interfaz mediadora entre los espacios de producción, comunicación y apropiación de los conocimientos” (p. 145).

En ese interfaz, que toma diferentes modalidades, los agentes perciben su accionar de diversas formas. El lugar central de la ciencia en los procesos de extensión diverge tanto como las concepciones de ciencias de los actores que los protagonizan.

Así, la extensión queda atrapada entre definiciones como las de transmisión de conocimiento y las más cercanas a las del diálogo de saberes. Diálogo que puede ser bidireccional o unidireccional, adonde el compromiso social y la integración de la heterogeneidad de agentes y conocimientos es continuamente puesta en acción y disputa. Es aquí donde es imposible no ver la potencialidad de la comunicación y apropiación en las prácticas extensionistas. Pero esa apropiación en la Extensión no carece de contradicciones, y son los propios agentes quienes lo expresan en las citas expuestas por Wursten.

El autor, como buen comunicador de las ciencias, mediante un lenguaje claro y una descripción densa, demuestra la rigurosidad académica de los contenidos del libro. Presenta los debates más recientes para repensar problemáticas con varios años en el campo de estudio y las universidades latinoamericanas. El claro compromiso social que expresa todo el libro, explica por qué la extensión universitaria es para este una herramienta clave para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Autor

Juan Ignacio Legaria. Licenciado (UNER) y doctorando (UNR) en Comunicación Social. Becario Doctoral del Instituto de Estudios Sociales (CONICET-UNER). Docente, extensionista e investigador en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Trabaja problemáticas relacionadas a la Comunicación Pública de las Ciencias y la circulación y apropiación de los conocimientos científicos.
E-mail: juanignacio.legaria@uner.edu.an